Encontramos que mucha gente viene a las clases de yoga porque sufre estrés, porque son nerviosos, porque su mente no para quieta, porque tiene muchas preocupaciones que no le dejan relajarse… también porque sufren de dolor de espalda, de anquilosamiento de las articulaciones… muchas son las causas que te pueden llevar a buscar en el yoga una solución.
El problema es que algunas de estas personas buscan soluciones rápidas, quizás porque se lo han recomendado, o simplemente por probar otra cosa más de tantas que ya han probado.
El yoga no hace milagros, y menos cuando no tienes fe (fuerza interior), de hecho el yoga funciona de verdad a quien tiene una llamada, algo que internamente le conduce a probarlo, o a quien después de probarlo reconoce que es lo que buscaba y que quiere seguir practicando. Claro que también hay gente que practica yoga simplemente reconociendo sus beneficios corporales y mentales pero no indaga más en su filosofía, y también es correcto, es como una practica sin teórica, en la que haces cambios en tu vida no porque lo lea o se lo digan sino porque los propios cambios internos que generan el yoga te conducen a cambiar ciertos aspectos de tu vida.
La cuestión es que la dinámica de la mente y las tendencias corporales no cambian con un solo día de práctica, ni con un solo mes, tampoco cambian si faltas a muchas clases, incluso diría que hay gente que ni con años de practica las cambia, o que una vez deja de practicar vuelve de nuevo a las tendencias negativas, recobrar de nuevo el equilibrio requiere un verdadero deseo de sanar y una voluntad firme para realizarlo.
Ana Mª
No hay comentarios:
Publicar un comentario